martes, 24 de julio de 2007

Historia de la Guelaguetza

Por: Jenny Gómez.

Dentro de la historia de Oaxaca y sus diferentes etapas se centran matices religiosos, políticos, sociales, humanos y la lucha constante de un pueblo guerrero por resistirse a quedar en el olvido. A través de los años, este pueblo sigue en pie de lucha por mantener sus raíces, costumbres y tradiciones. Gracias al sentido de pertenencia, identidad y fuerza étnica, las actuales políticas neoliberales no han logrado desintegrar el gran tejido social de los pueblos de Oaxaca.

Hablar de Oaxaca significa referirnos a diversidad y contraste en todos los sentidos. Es hablar de 7 regiones, 570 municipios de rasgos plurales. Decir Guelaguetza, es referirnos a una palabra en la cuál se congregan las manifestaciones culturales de todos estos pueblos. Es hablar de la máxima expresión de los oaxaqueños, con sus implicaciones históricas, antropológicas, sociales y no a la festividad comercial.

Guelaguetza es una palabra zapoteca que significa dar, ofrendar, regalar. Denota el acto de una participación voluntaria de mutualidad, que excluye percibir una plusvalía, es una acción que lleva consigo el principio ético de reciprocidad.

Los antiguos zapotecas han practicado siempre la Guelaguetza, que es un dar y recibir. Es un tipo compromiso moral en el cual se ofrece un producto que posteriormente será devuelto en algún momento adverso o de necesidad. La Guelaguetza se continúa practicando en la hoy población de Oaxaca en todo tipo de fiestas, festejos oficiales, velorios, mayordomías y en toda clase de acercamientos generosos, solidarios y sin fines de lucro.



Al parecer, la fiesta de la Guelaguetza tiene sus orígenes en los festejos zapotecas de la fiesta llamada hueytecuhilhuitl, “Fiesta grande de los Señores”, traída por los mexicas y los ritos dedicados a Centéotl, “Diosa del Maíz tierno”, a quien hacían grandes honores y ofrendas con las cuales se esperaban obtener fertilidad en los campos.

Posteriormente con la llegada de los españoles y la consiguiente “evangelización”, los franciscanos y dominicos prohibieron las prácticas dedicadas a la Diosa Centeótl, destruyeron el teocali situado a las faldas del cerro “Daninayaoloani”, hoy cerro del Fortín y en su sitio construyeron el templo católico dedicado a la Virgen del Monte Carmelo, hoy templo del Carmen Alto.


A lo largo de los años se celebró la fiesta de Corpus del Templo del Carmen Alto y pese a la prohibición se continuaba realizando entre los indígenas que se resistían a olvidar sus ritos, los honores a la Diosa Centéotl. La inevitable disgregación de estas costumbres entre los indígenas y el empeño de los evangelizadores por la imposición de los ritos católicos, originó el sincretismo, bañado en sangre, de elementos de la tradición indígena y los actos litúrgicos, sustituyéndose la figura femenina de la diosa Centeótl, por la imagen de la Virgen del Carmen.

En los tiempos del llamado México independiente la fiesta de la Virgen del Carmen era ya parte de las tradiciones del pueblo oaxaqueño. Posterior a la asistencia de los actos litúrgicos del Templo del Carmen Alto. Se continuó asistiendo al cerro del Fortín, a la fiesta de los Lunes del Cerro, a realizar una convivencia de la sociedad de ese tiempo, claro está, con su respectiva distinción de clases: campesinos, jornaleros, amos en donde se vendían y compartían alimentos, ya no se ofrendaban a la diosa Centéotl.

En aquellas fiestas de los lunes del cerro los pobladores del valle de Oaxaca se congregaban en el cerro del Fortín a disfrutar de los cantos, la música y los bailes de los valles centrales. Así mismo en distintos puntos del valle como Villa de Etla, Cuilapan de Guerrero, Zaachila, Mitla, realizaban su propio lunes del cerro en lomas y peñas, que coinciden con ser sitios de importancia religiosa de asentamientos zapotecos y mixtecos. ( A la fecha estas poblaciones continúan realizando sus lunes del cerro sin la intervención de las grandes empresas que mercadean con dicha festividad.) .

En 1932 con motivo del aniversario 400 de la ciudad de Oaxaca se realizó por primera vez la fiesta del lunes del cerro en forma masiva, paso previo a la globalización y modificación de la festividad. En el año de 1953 se realizó la conjunción de la Guelaguetza y la Fiesta de los Lunes del Cerro, como hoy la conocemos, con la presentación de las delegaciones de las 7 regiones del estado. En esta “nueva” fiesta de la Guelaguetza, los pueblos expresan a través de sus bailes, su música, su canto, una muestra de lo que es su etnia. Se reunió a los diferentes pueblos de Oaxaca y su diversidad, portando las vestimentas características de su región. Al termino de la participación de cada grupo, se ofrece a los asistentes su “Guelaguetza” es decir se da y recibe los productos característicos de las regiones participantes, se ofrendan unos a otros parte de lo que cada pueblo cosecha.

En un inicio la fiesta de la Guelaguetza se constituyó como un acontecimiento en el que participa todo el pueblo y los pueblos de Oaxaca, sin distinción de ningún tipo, en una fiesta de hermandad, respeto y muestra del patrimonio cultural fusionado en un estado tan particular como lo es Oaxaca. Por esta razón se le dio el nombre de “la máxima fiesta de los oaxaqueños”. Sin embargo, hoy en día esta fiesta dista mucho de su significado, en la cual cada día los pueblos indígenas que le dieron origen ésta, están siendo excluido y desde la perspectiva de una economía neoliberal como la de Ulises Ruiz, el significado de Guelaguetza no tiene cabida.

En este aforo por expresarle y venderle al mundo entero la “Guelaguetza” se dejó de realizar en el petatillo, pues se tuvo la visión de ser un producto vendible y redituable, por tanto en 1974 se construye e inaugura el auditorio Guelaguetza. A partir de entonces se empezó a utilizar una tradición como objeto de consumo, al indígena se le vende como un objeto exotizado y se mercantilizaron sus relaciones sociales.

Hoy para poder asistir y convivir en la Guelaguetza, se debe pasar por agencias de viajes que controlan la venta de boletos o realizar la reservación y compra por Ticket Master, siempre y cuando se tenga una tarjeta de crédito preferencial.

En el estado de Oaxaca existen comunidades que no tiene lo más básico, agua, luz, mucho menos pensemos en red telefónica, por lo tanto, una fiesta que era del pueblo y para los pueblos, hoy ya no lo es.




A todo esto, ¿qué beneficios reciben los pueblos de Oaxaca? Las ganancias de la apropiación de esta fiesta son empresas como Telmex, Banamex, Coca Cola y el gobierno de URO junto con los empresarios hoteleros y restauranteros, quienes explotan la imagen de un pueblo y a cambio de esto los marginan y lo empobrecen cada día más.



Con la antigua festividad de los lunes del cerro o la nueva Guerraguetza Reloaded el pueblo de Oaxaca no puede estar de fiesta cuando lleva 428 días de conflicto, de hostigamiento, de temor; cuando su voz está siendo apagada con tanquetas, toletes y paramilitares, cuando se vive en la pobreza y por exigir justicia se está siendo perseguido y desaparecido. Oaxaca está de luto por los muertos, los desaparecidos y por el abuso de poder sobre su gente. Oaxaca estará de fiesta hasta la caida de Ulises Ruiz.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy interesante tu artículo, para los norteños ,muchos de nosotros ajenos,por ignorancia, de la riqueza cultural que nuestro país tiene, decirnos cual es el significado original de ésta fiesta, nos permite entender un poco de lo que sucede en Oaxaca. Al menos a mi me permite decir que sin lugar a dudas estoy con el pueblo oaxaqueño.
¡ NO A LA GLOBALIZACION CULTURAL Y ECONOMICA DE NUESTROS PUEBLOS !
¡FUERA ULISES RUIZ DE OAXACA !