miércoles, 13 de febrero de 2008

Se reventó el Barzón…Y sigue la Caravana andando.



Por: Iván Tarín.*


La Caravana "Francisco Villa"; del Chamizal al Zócalo fue una iniciativa política que inició el 18 de enero del 2008 respondiendo a la convocatoria hecha el 1º de Enero en donde organizaciones campesinas, de trabajadores y diversos movimientos de resistencia así como personas simpatizantes, destacando El Barzón de Chihuahua, Greenpeace y el Frente Democrático Campesino, tomaron el puente internacional Córdova-Américas en ciudad de Juárez.

El 1 de enero de 2008, desde el primer minuto del día, las organizaciones campesinas y no gubernamentales así como los miles de ciudadanos que impulsaron la Campaña Nacional en Defensa de la Soberanía Alimentaria y por la Reactivación del Campo "Sin Maíz no Hay País…Y sin Frijol tampoco; ¡Pon a México en tu boca!" construyeron un muro humano en el Puente Córdoba-Américas de Ciudad Juárez, Chihuahua en protesta por la entrada en vigor de la liberalización del maíz, frijol, leche en polvo y azúcar impuesta a México en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN); por la construcción del muro fronterizo; la violación masiva de los derechos humanos y laborales de los trabajadores migratorios mexicanos por parte del Gobierno y el Congreso de los Estados Unidos. Es en este contexto que se proclama el plan de “El Chamizal”.

A esas mismas horas en el zócalo de Cuernavaca, Morelos, tierra zapatista, integrantes de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala, Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo, Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas y Alianza Nacional de Productores Agropecuarios y Pesqueros El Barzón, acompañados de representantes de otras organizaciones sociales del estado de Morelos daban a conocer públicamente el Plan de El Chamizal.

Esta iniciativa definida por los mismos convocantes como un símil simbólico y, guardando toda proporción histórica, del Plan de Ayala, es un llamado a la nación a unificarse para detener el desastre en el campo, defender la seguridad nacional y la gobernabilidad democrática del país.
La acción se enmarca como parte una nueva etapa de resistencia, lucha y construcción de alternativas y alianzas para enfrentar y derrotar la política de guerra continuada e impulsada por el gobierno de Felipe Calderón contra la campesinos mexicanos, de cesión de nuestra soberanía alimentaria a los Estados Unidos, de entrega de nuestro mercado agroalimentario a veinte grandes corporaciones mexicanas y trasnacionales, el establecimiento de un sistema de malnutrición e inseguridad alimentaria para la mayoría de los mexicanos y de incremento de los precios de los alimentos básicos en detrimento de toda la población.

Antecedentes.

Según explicó Gabino Gómez, reconocido líder campesino y fundador del Barzón en la ciudad de Chihuahua, y de los principales promotores e iniciadores de la Caravana Francisco Villa; del Chamizal al Zócalo., ésta viene sustentada en una serie de acciones y protestas pacificas contra la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte en 1994. Cabe agregar que en discurso efectuado en el mitin del 31 de enero en el zócalo capitalino, donde desembocó dicha caravana, el mismo Gabino Gómez, agregó que hasta la fecha son medidas pacificas y que ojala y el gobierno no los lleve a tomar otras medidas porque; “estamos dispuestos a tomarlas”, enfatizó.

Recordó fechas como el 16 de noviembre de 1993 y diciembre de ese mismo año en donde salieron a la calle para mostrar su repudio y descontento contra TLCAN. Habló de la “Cabalgata por la Dignidad del Campo Mexicano” en 1999, igualmente iniciada desde el parque El Chamizal hasta el zócalo capitalino; cabalgata que luego de 53 días y con 2 mil kilómetros recorridos bajo sus espuelas, con cerca de 300 jinetes de El Barzón y de la Unión Campesina Democrática (UCD), ingresó a las calles del Distrito Federal para exigir solución a los problemas del campo: cartera vencida, comercialización, subsidios y apoyo a la producción. Mencionó también el año del 2003 cuando se cristaliza el movimiento “El campo no Aguanta Más”, cuya fundación se remite a un boletín emitido el 02 de noviembre del 2002, y cuya firma incluyó a organizaciones como: Asociación Mexicana de Uniones de Crédito del Sector Social (AMUCSS), Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras del productores del Campo (ANEC), Coordinadora Nacional Plan de Ayala (CNPA), Frente Democrático Campesino de Chihuahua (FDCCh) y la Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas (UNORCA) por mencionar sólo algunas. Tomemos en cuenta que El campo no aguanta más, en su momento, pudo ser definido como el movimiento de campesinos y agricultores más importante de México en algunos años, quizás décadas, debido a que logró reposicionar a campesinos y productores rurales como actores políticos protagónicos del escenario nacional; incluyó las demandas de los pueblos indios en general, las de los deudores de la banca organizados en el Barzón, las de los piñeros, cañeros y muchos otros productores, así como el sentir de muchos mexicanos que, aún hoy en día, están directamente involucrados con el campo Mexicano. Finalmente, se aludió a la Campaña Nacional en Defensa de la Soberanía Alimentaria y la Reactivación del Campo Mexicano: Sin maíz no hay país... ¡Pon a México en tu boca!, lanzada públicamente el 25 de junio del 2007. Dicha convocatoria fue firmada por organizaciones campesinas de las que destacan: Consejo Nacional de Organizaciones Campesinas (AMUCSS, ANEC, CNOC, CEPCO, FDCCH, RED MOCAF, UNOFOC), Coordinadora Nacional Plan de Ayala (CNPA), El Barzón, Alianza Nacional de Productores Agropecuarios y Pesqueros (ANPAP), Alianza Mexicana por la Autodeterminación de los Pueblos (AMAP). Esta campaña, que reunió por vez primera a más de 300 organizaciones del campo, ambientalistas, sociedad civil y académicos, buscó crear conciencia entre los consumidores sobre la crítica situación que enfrenta el campo mexicano y el adverso escenario que se espera a partir de la apertura total de fronteras el pasado 1º enero de este año. Recordemos que en esencia esta campaña se planteó sacar al maíz y al frijol del TLCAN, instalar un mecanismo permanente de administración de las importaciones y exportaciones de maíz y frijol (sus derivados y subproductos) por el Congreso de la Unión y prohibir la siembra de maíz transgénico en México, básicamente. Es entonces que la culminación, planeada a partir del 25 de junio del 2007 y hasta el 1º de enero del 2008, de está campaña de concientización deriva en la formulación del Plan de El Chamizal.

Plan de El Chamizal.


Desde prácticamente todos los sectores económicos, sociales y académicos del país se sostiene que el TLCAN tiene que renegociarse y excluir de él por lo menos al maíz y frijol, dado que ha sido un desastre para el campo mexicano, para la seguridad alimentaría de la población e incluso para la seguridad nacional y la gobernabilidad democrática del país. Esto lo reconocen numerosos organismos nacionales e internacionales de derechos humanos e incluso organismos multilaterales como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, la FAO, la CEPAL, la UNCTAD, entre otros. Y partiendo de las premisas “Salvar al campo para salvar a México y Rescatar a la Nación para rescatar al campo” se proclama el Plan de El Chamizal.
Desde El Chamizal, pedazo del territorio nacional recuperado para la integridad y la soberanía de nuestro país, se hace un llamado a la nación desde el campo mexicano para el rescate de la nación, la recuperación y ejercicio cabal de nuestra independencia y soberanía popular y nacional así como para la construcción de un verdadero Estado social y democrático de derecho.

En mencionado plan se urge a la necesidad de sumar fuerzas y articular los movimientos sociales en torno a una agenda a favor de un nuevo modelo económico, un Estado social y democrático de derecho, la defensa de las riquezas nacionales, las libertades democráticas y los derechos individuales y colectivos de los mexicanos en el marco de una sociedad pluriétnica y pluricultural. Destaca mencionar, que para nosotros en LUS, para que cada una de estas premisas logren ser cumplidas, entendemos de manera prioritaria y como bien se deja ver en el sustento del plan de El Chamizal, la creación de un frente amplio común. Ahora, por otro lado, reconocemos que para lograr un nuevo modelo económico, un nuevo estado social democrático, un estado que defienda las riquezas nacionales y que garantice las libertades democráticas y los derechos individuales y colectivos de los mexicanos en un marco de una sociedad pluriétnica y pluricultural, sólo se logrará en la medida en que este llamamiento (Plan de El Chamizal) logre tener eco a nivel nacional para la suma de fuerzas entre los campesinos y los trabajadores mexicanos en aras de destruir al Estado capitalista actual.

Por ello lanzó un llamado a la Unión Nacional de Trabajadores(UNT), al Frente Sindical Mexicano, al Consejo Nacional Indígena, a Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y a las secciones democráticas del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), a la Convención Nacional Democrática, al Frente Nacional contra la Represión, al Foro Social Mexicano, al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), a la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), a las organizaciones campesinas nacionales y regionales, a los movimientos sociales que defiende los recursos naturales y los territorios rurales, a las organizaciones de derechos humanos, a las organizaciones ambientalistas, a los estudiantes, académicos, intelectuales, científicos, artistas y ciudadanos de a pie para articular las luchas en torno a una agenda común de transformaciones económicas, sociales y políticas que permitan aumentar y potenciar el bloque de fuerzas alternativas al modelo neoliberal y capitalista, así como a los poderes fácticos que hoy tienen secuestradas las instituciones de la República.

Del mismo modo el Plan de El Chamizal, emplazó a la Confederación Nacional Campesina (CNC) así como a los legisladores del PRI a dejar el doble discurso y la demagogia.
Es pues que grupos campesinos de Chihuahua, constituidos en el Movimiento de Resistencia Campesina, Francisco Villa, iniciaron su caravana el 18 de enero del presente año y que desembocó con la “Marcha Nacional por el Rescate de la Nación, los Derechos de los Trabajadores del Campo y la Ciudad y Contra la Represión” el 31 de enero del Ángel de la Independencia al Zócalo de la Ciudad de México.

Estaremos atentos.


*Enviado especial de CENTRO DE MEDIOS LIBRES CHIHUAHUA

Maciel para principiantes

Uno. Alejandro Espinosa entró a la Legión de Cristo en 1950, a los 12 años. Marcial Maciel lo había reclutado para su “servicio secreto privado” en Chavinda, Michoacán. Después se lo llevó a Santander, al otro lado del Atlántico, y lo fue modelando poco a poco. Cuando se dio cuenta, Alejandro ya formaba parte del “harén de efebos” del fundador de la orden religiosa. Espinosa afirma haber sido testigo directo de varias “bacanales hedonistas” y de las “borracheras de morfina” que dejaban tirado a Maciel en “un charco de baba”. Sostiene también que Maciel utilizaba jóvenes seminaristas para “contrabandear cocaína” y “lavar” dinero de país en país. “Narcotráfico de sotana” en los años 50. Espinosa conoció las frecuentes giras del jefe legionario por Solares, la Costa Azul, Génova, Ceuta, Tánger, Marruecos, Melilla, escenarios todos de la famosa conexión francesa en la ruta mediterránea de la droga hacia mediados del siglo pasado.

Asimismo, estuvo al tanto de las idas de Maciel a La Habana en la época de la dictadura de Fulgencio Batista, cuando la isla caribeña era un gran casino prostibulario al servicio de los capos de la mafia ítalo-estadunidense, antes de que Fidel Castro y los barbudos bajaran de la Sierra Maestra. La Cuba de Batista era una gran “lavandería” al servicio de los gángsteres del crimen organizado, que habían invertido millones en la “industria recreativa” de la isla, lo que generaba enormes ganancias en hoteles, casinos, agiotismo y prostitución. Asegura Espinosa que de allí trajo Maciel cuantiosas sumas de dinero para la “obra” y que, curiosamente, los “benefactores” se terminaron, igual que los viajes de Maciel a Cuba, cuando cayó la dictadura batistiana, en enero de 1959. Según su versión, “los posibles tratos” de Maciel con Lucky Luciano, “rey del narco en el hotel Habana Club”, aseguraron a la Legión de Cristo “filones de oro” a cambio “de conexiones, servicios informativos, transferencias y acarreos”.

Le consta, también, que cuando viajaba a Nueva York el joven sacerdote Maciel solía alojarse en el Waldorf Astoria, donde se le conocía con familiaridad bajo el seudónimo de Mario. Eran los días en que Luciano reinaba en la ciudad de los rascacielos y en ese mismo hotel sobre la Quinta Avenida el capo di tutti capi celebraba los concilios de la Cosa Nostra antes de ser detenido y desterrado a Italia. Intuye por eso Espinosa que el gran poder financiero que ostenta hoy la Legión de Cristo tiene pies de barro: ¡un origen mafioso! Que la gran multinacional religiosa-educativa fue levantada con las limosnas y donativos del crimen organizado y con base en operaciones de lavado de dinero a cambio de servicios ilícitos, para lo cual utilizaba a los jóvenes legionarios como “mulas”.

Dos. Otro aspecto muy comentado en los círculos de ex legionarios que cuestionan la “aureola de santidad” que rodea a Marcial Maciel es su germanofilia. José Barba, Alexandre Pomposo y Espinosa destacan su “vocación nazi”. Tanto fue así, afirman, que el saludo de los jóvenes seminaristas, hasta hace relativamente poco tiempo, era “¡Heil Christus!” Como Hitler y Mussolini –dice Pomposo–, Maciel hacía uso de la hipnosis y trataba a la masa como “rebaño”; utilizaba una mecánica que en siquiatría se conoce como “histeria conversiva”. A su vez, Espinosa hace referencia a los “métodos nazis” practicados por este “führer clerical” con el objetivo de “alucinar mentes infantiles, predisponiéndolas a la obediencia ciega y al fanatismo ofuscado”.

Según Barba, durante su adolescencia Maciel se nutrió del espíritu bélico y del conservadurismo estructuralmente católico como ideología dominante clasista de la época. En su familia había calado fuerte el sentimiento cristero de la derrotada guerrilla popular católica de Cristo Rey, que enfrentó por la vía armada a los primeros gobiernos de la Revolución Mexicana y al Estado secular en el Bajío, a finales de los años 20. En forma paralela irrumpían en España el nacionalcatolicismo y el falangismo con su espíritu de cruzada y sus gritos frenéticos de “¡Muera la inteligencia! ¡Viva la muerte!” El duce Benito Mussolini ya había consolidado el fascismo en Italia y en Alemania, con el apoyo de la gran industria, se producía el irresistible ascenso de Adolfo Hitler, con sus camisas pardas y la pesadilla nacionalsocialista. Esas ideologías cruzaron el Atlántico y en México surgirían movimientos de masas de tipo totalitario como el sinarquismo, un “fascismo musoliniano o falangista español a la mexicana”, según ha denominado Jean Meyer.

Barba sostiene que durante su estancia en el seminario Maciel tuvo acceso a algunas lecturas y películas que lo marcarían para siempre. Por ejemplo, El triunfo de la voluntad (1934), el famoso filme documental de Leni Riefenstahl, la “cineasta maldita” que ingresó a la historia como la directora favorita del Tercer Reich. La cinta sobre las concentraciones hitlerianas exhibe la perfecta sincronía de las masas nazis saludando a su paso al “salvador”, el “amado führer”; es una glorificación del hombre-héroe, en un ambiente marcial imponente creado por Albert Speer, el arquitecto de Hitler. Pero en particular, un librito parece haber influido en Maciel: Mi lucha, la obra del agitador Hitler, el gran simplificador que le decía exactamente a la “masa” lo que ésta quería oír. En el plano simbólico, Espinosa recuerda que la fecha de fundación de la orden, el 3 de enero de 1941, guarda simetría con el holocausto judío y es una prueba de la ascendencia que tenía el fundador del Tercer Reich sobre el jefe legionario. “Dos años antes, el 3 de enero de 1939, Hitler firmó el documento que condenaba al pueblo judío al holocausto. ¿Mero azar o analogía de antisemitismo con el admirado führer?”, cuestiona Espinosa.

Escrito por: Carlos Fazio
Tomado de: La jornada 11/02/08
CENTRO DE MEDIOS LIBRES CHIHUAHUA