Todos los días que puedo leo a través de Internet, las columnas publicadas en un diario de corte derechista y no me quedo con lo que dicen sus redactores, sino que ensayo respuestas breves a sus disertaciones. Algunos de ellos me responden.
Veo que para la mayoría de los columnistas del diario escogido, las dificultades de Felipe Calderón para cumplir con el propósito de rendir su primer informe ante el Poder Legislativo, ha sido una verdadera tragedia. Ellos querían que el pasado se impusiera al presente y volvieran los días en que el informe era el día del presidente.
Los columnistas se han desgañitado haciendo llamados a la cordura a los opositores y reclamándole al propio Felipe su falta de energía para meterlos al orden.
Otro tanto hacen respecto al tema de la reforma al IFE y la posibilidad de que sea despedidos los consejeros, particularmente su titular Ugalde. A los señores tal posibilidad les parece un despropósito.
Si Ugalde cae, dicen, es como si se reconociera que la elección de la que fue árbitro, fue fraudulenta y, en consecuencia, Calderón es ilegítimo. También por esto reclaman a Felipe, animándolo a que defienda a los consejeros del IFE.
Uno de estos columnistas hacía cuentas de la correlación de fuerzas en
Al columnista se le olvidaba el recurso de los acuerdos entre unos y otros legisladores, que modificaba su caprichosa correlación de fuerzas.
El malestar de estos columnistas consiste en los siguiente: Dieron por válido el triunfo de Calderón en 2006 y calificaron legales y legítimos los resultados sancionados por los órganos electorales. Por otra parte, descalificaron los reclamos de los opositores y los sometieron al escarnio público.
De ahí que no soporten que hoy el PRD, el PRI y el mismo PAN, estén intentando corregir una bola de vicios y anomalías que posibilitaron los resultados de la elección presidencial pasada.
Después de pregonar a los cuatro vientos que la elección de Calderón fue legal y legítima y el papel del IFE confiable, a estos columnistas les cuesta mucho trabajo aceptar la reforma que se avecina y la caída de Ugalde. Y es que sus “verdades” quedan en entredicho.
Volviendo al tema del informe, como si fueran pocos los problemas que tuvo Felipe Calderón para rendirlo, desde dentro de su propio partido le pusieron obstáculos, pues gente de la dirigencia del PAN, ante el desaire que le hacía la oposición, quiso arroparlo, pero el propósito le resultó contraproducente.
La falta de tacto político de la dirigencia del PAN y el intento de “empanizar” un acto republicano, dio al traste con los preparativos para que Felipe Calderón dirigiera un mensaje al pueblo de México desde el Auditorio Nacional, un día después de entregar su primer informe.
El jueves 30 de septiembre, desde Los Pinos se canceló esa celebración y se anunció el cambio de sede al Palacio Nacional.
En notas que recogieron declaraciones de legisladores del PAN, se dice que el incidente había sido una “quemadota” para ellos, que estaban encargados de llevar a su gente al acto.
El propósito del evento convocado por el PAN fue interpretado por los representantes de otros partidos como un acto partidista al cual se negaban a asistir.
Al margen de la convocatoria de la dirigencia panista, los legisladores de otros partidos fueron avisados a partir del jueves que el mensaje de Calderón sería desde el Palacio Nacional.
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