En entrevista con Efe Glantz (Ciudad de México, 1930) sostuvo que actualmente 'nos enfrentamos a un fortalecimiento de los fundamentalismos', algunos de los cuales han convertido al sexo femenino en 'el primer blanco de la violencia'.
Para la autora mexicana, quien nunca estuvo realmente vinculada al feminismo pero lo conoce bien, ese movimiento 'no ha conseguido todo lo que quería'.
'Realmente se instaló y hubo cambios importantes en el mundo occidental pero no se pudieron implantar de una manera definitiva', aseguró.
Esa situación derivó en el 'antifeminismo brutal' actual, que tiene manifestaciones lacerantes como la violencia doméstica en cualquier país, con independencia de su grado de desarrollo.
La editorial Almadía acaba de publicar 'La polca de los osos' (2008), una recopilación de veintidós ensayos escritos por Glantz en las últimas tres décadas que tiene como ejes el cuerpo y el placer, y la memoria y el dolor.
A la escritora le llama la atención también cómo muchas mujeres emigradas y asimiladas en Occidente 'han asumido como un asunto de identidad cultural utilizar el velo', una tendencia 'que contrasta, (...) con la posibilidad casi libertina de manejar la literatura erótica, la vestimenta, la libertad sexual de mujeres y hombres'.
De su país le duelen especialmente los 'feminicidios' de Ciudad Juárez, localidad fronteriza con EE.UU. donde han sido asesinadas más de cuatrocientas mujeres desde 1993, un asunto con el que 'no hay ningún político comprometido', sea mujer u hombre.
Otro signo de regresión en México es para la escritora el cuestionamiento que se hace del aborto, un derecho del que dijo ser una firme defensora.
Los ensayos que acaba de presentar se centran en de la relación de la literatura con el erotismo y la pornografía, con la censura y la noción del cuerpo en escritores como Simone de Beauvoir, Catherine Millet, Primo Levi, Paul Celan, George Bataille o Yasunari Kawabata.
Según Glantz antaño había 'un problema cultural, de recepción, de cierta producción literaria', lo que motivó que fueran prohibidos por supuestamente atentar contra la moral 'Ulises' (1922), de James Joyce; 'El amante de Lady Chatterly' (1928), de D.H. Lawrence, o 'Lolita' (1955), de Vladimir Nabokov.
Actualmente lo erótico 'ha pasado a la literatura común y corriente', como sucede con el francés Michel Houellbecq, a la televisión o a Internet, en un mercado que 'lo acoge todo' porque primordialmente lo que vende es lo que vale la pena.
'Creo que hay una especie de dictadura del mercado, diferente de la de dictadura de la moralidad, de la ética, de la religiosidad, etcétera...', apuntó.
Finalista del Premio Herralde de Novela en 2002 Glantz considera que la literatura erótica nunca se extinguirá porque clásicos como 'Madame Bovary' (1857), de Gustave Flaubert, se siguen leyendo con nuevas miradas.
Sin embargo recordó que el fenómeno del erotismo en la literatura también se mueve por modas y coyunturas particulares como sucedió con la extinta colección 'La sonrisa vertical', dirigida por Luis García Berlanga y editada por Beatriz de Moura.
'Surgió al final del franquismo como una especie de propuesta en contra de la dictadura. Políticamente tenía ese sentido. Con el tiempo fue perdiendo importancia y público, también calidad, y a la larga se cerró', recordó.
Aparte de 'La polca de los osos' Glantz ha publicado 'El rastro' (Anagrama, 2002), 'Historia de una mujer que caminó por la vida con zapatos de diseñador' (Anagrama, 2005), 'Las genealogías' (Pre-Textos, 2006), 'Animal de dos semblantes' o 'Zona de derrumbe', entre otros.
Para la autora mexicana, quien nunca estuvo realmente vinculada al feminismo pero lo conoce bien, ese movimiento 'no ha conseguido todo lo que quería'.
'Realmente se instaló y hubo cambios importantes en el mundo occidental pero no se pudieron implantar de una manera definitiva', aseguró.
Esa situación derivó en el 'antifeminismo brutal' actual, que tiene manifestaciones lacerantes como la violencia doméstica en cualquier país, con independencia de su grado de desarrollo.
La editorial Almadía acaba de publicar 'La polca de los osos' (2008), una recopilación de veintidós ensayos escritos por Glantz en las últimas tres décadas que tiene como ejes el cuerpo y el placer, y la memoria y el dolor.
A la escritora le llama la atención también cómo muchas mujeres emigradas y asimiladas en Occidente 'han asumido como un asunto de identidad cultural utilizar el velo', una tendencia 'que contrasta, (...) con la posibilidad casi libertina de manejar la literatura erótica, la vestimenta, la libertad sexual de mujeres y hombres'.
De su país le duelen especialmente los 'feminicidios' de Ciudad Juárez, localidad fronteriza con EE.UU. donde han sido asesinadas más de cuatrocientas mujeres desde 1993, un asunto con el que 'no hay ningún político comprometido', sea mujer u hombre.
Otro signo de regresión en México es para la escritora el cuestionamiento que se hace del aborto, un derecho del que dijo ser una firme defensora.
Los ensayos que acaba de presentar se centran en de la relación de la literatura con el erotismo y la pornografía, con la censura y la noción del cuerpo en escritores como Simone de Beauvoir, Catherine Millet, Primo Levi, Paul Celan, George Bataille o Yasunari Kawabata.
Según Glantz antaño había 'un problema cultural, de recepción, de cierta producción literaria', lo que motivó que fueran prohibidos por supuestamente atentar contra la moral 'Ulises' (1922), de James Joyce; 'El amante de Lady Chatterly' (1928), de D.H. Lawrence, o 'Lolita' (1955), de Vladimir Nabokov.
Actualmente lo erótico 'ha pasado a la literatura común y corriente', como sucede con el francés Michel Houellbecq, a la televisión o a Internet, en un mercado que 'lo acoge todo' porque primordialmente lo que vende es lo que vale la pena.
'Creo que hay una especie de dictadura del mercado, diferente de la de dictadura de la moralidad, de la ética, de la religiosidad, etcétera...', apuntó.
Finalista del Premio Herralde de Novela en 2002 Glantz considera que la literatura erótica nunca se extinguirá porque clásicos como 'Madame Bovary' (1857), de Gustave Flaubert, se siguen leyendo con nuevas miradas.
Sin embargo recordó que el fenómeno del erotismo en la literatura también se mueve por modas y coyunturas particulares como sucedió con la extinta colección 'La sonrisa vertical', dirigida por Luis García Berlanga y editada por Beatriz de Moura.
'Surgió al final del franquismo como una especie de propuesta en contra de la dictadura. Políticamente tenía ese sentido. Con el tiempo fue perdiendo importancia y público, también calidad, y a la larga se cerró', recordó.
Aparte de 'La polca de los osos' Glantz ha publicado 'El rastro' (Anagrama, 2002), 'Historia de una mujer que caminó por la vida con zapatos de diseñador' (Anagrama, 2005), 'Las genealogías' (Pre-Textos, 2006), 'Animal de dos semblantes' o 'Zona de derrumbe', entre otros.
(Tomado de: Portal de Terra.com)
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