domingo, 21 de octubre de 2007

EL ENEMIGO ADENTRO


Por: Daniel Torres Jáquez

Leo el encabezado de un periódico de circulación nacional: “Asegurará el gobierno a IP contra terrorismo”.

Me pregunto: ¿Y quién asegurará a las empresas públicas contra los actos de sabotaje emprendidos desde el propio gobierno?

Hay acciones emprendidas desde adentro de los gobiernos panistas que han atentado contra Pemex y contra Aeroméxico, que son más nocivos que los actos de terrorismo atribuidos al EPR. Por ejemplo, Vicente Fox ejecutó una política energética criminal, pues ocasionó un daño enorme a millones de mexicanos. Comparado con esto, el arreglo de la finca familiar en San Cristóbal, el jeep rojo y las Hummer, son pecados menores. La política criminal de Fox comenzó desde que entregó PEMEX a Raúl Muñoz Leos.

La conducta más repudiable de Muñoz Leos no consiste en sus actos de corrupción para favorecer a los Bribiesca, hijastros de Fox, sino al debilitamiento de que hizo objeto a PEMEX, que propició para facilitar su privatización, tal como Fox lo había prometido a inversionistas europeos. Nunca pudo completar ese paso, pero el daño estaba hecho.

Como lo ilustra Raymundo Rivapalacio en una de sus columnas, el estrangulamiento de la presidencia foxista a PEMEX se puede apreciar a través de datos elementales. Durante su sexenio la paraestatal aportó impuestos por más de 250 mil millones de dólares, 9 por ciento del Producto Interno Bruto, mientras que el sector privado, con todo y sus nuevos ricos, que figuran en la lista de Forbes, apenas aportó el 2 por ciento. Esa sangría de PEMEX impidió su refinanciamiento y lo tiene postrado, justamente como lo quieren los privatizadores.

Con Calderón la embestida privatizadora inicia contra Aeroméxico y seguramente seguirá con otras empresas. Por ejemplo, la entrega de esta empresa a Banamex-Citigroup se ha concretado por 249 millones de dólares.

El precio real de Aeroméxico según expertos, es de 3 o 4 mil millones de dólares. Se ha entregado por una cantidad 12 o 15 veces menor.

La historia de este atraco empezó a escribirse desde el año pasado cuando el Consejo Coordinador Empresarial, encabezado por José Luis Barraza se dedicó a desprestigiar a López Obrador como “un peligro para México” mediante el pago de miles de spots televisivos y radiofónicos, y a apoyar a Felipe Calderón en la lucha por la Presidencia de la República. La entrega hoy de Aeroméxico es un abono por ese favor.

La maniobra de retribución de favores ha sido tan descarada que los participantes en la subasta, Moisés y Alberto Saba señalaron con claridad las irregularidades que fueron cometidas para beneficiar a Barraza y Banamex. La operación fue cerrada cuando faltaba medio minuto para que se cumpliera el plazo para recibir propuestas. Ellos mismos tenían una superior a la que pagaron los ganones, quienes fueron advertidos con maña por gente del gobierno.

TODO SEA POR MICHOACÁN.- A últimas fechas le han aparecido “legitimadores” a Calderón en el PRD. Primero fue Ruth Zavaleta, presidenta de la Cámara de Diputados en este período, luego Leonel Godoy, candidato del PRD al gobierno de Michoacán, y por último Cuauhtémoc Cárdenas, “líder moral” para algunos. Ruth declaró que la ostentación de AMLO como “presidente legítimo” es ilegal. Godoy expresó que “están mal de sus facultades mentales los que no aceptan que el presidente de la República es Calderón”. Y Cárdenas remató diciendo que “existe un gobierno constituido, reconocido por otros gobernantes, que emite decretos, que nombra funcionarios, que toma decisiones, que maneja el presupuesto, que envía iniciativas y que de hecho está reconocido por toda la sociedad”. Se entiende que este teatro de los perredistas negociadores es para conservar Michoacán en manos del PRD.

AMLO y la mayoría del PRD no reconoce a Calderón como presidente porque su arribo al poder es producto de un proceso electoral fraudulento, en el que incidió la actuación del nefasto Fox y los recursos invertidos por la Coparmex al mando de José Luis Barraza.

“LOS MAMAYOS”.- Así se conoce a los Bribiesca, que amparados por sus influencias, sacaban jugosas tajadas como gestores de contratos entre las empresas públicas y los inversionistas privados. El mote es porque les bastaba pedir: “Mama yo quiero ese contrato” y doña Marta se los concedía. Ese es el secreto de la riqueza que hoy ostentan. En los últimos días del gobierno de Fox, la dirección de Pemex firmó siete contratos por 86 millones 256 mil dólares con Oceanografía, por mediación de los hermanos Manuel y Jorge Alberto Bribiesca.
¡Qué tal!

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