Al cinismo y estupidez del asesino,
lo sostiene el otro orate, su igual,
de la Secretaría de Gobernación.
Con el aval del perro guardián
de los Derechos Humanos.
Nomas les falta la bendición del
protector y jefe en turno de la
pederastia clerical.
Oh Dios¡¡¡¡ ¿Que haré con vos?
Escrito por: Daniel Adrian
Centro de Medios Libres Chihuahua
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