martes, 5 de mayo de 2009

Mandadero Reloaded
P
or: Nithia Castorena Sáenz

Hace mucho tiempo que el estado no es más que un representante de un modelo económico voraz. Con la misma nostalgia de una persona anciana, recordará como gloriosos los días en que se podía mover con toda facilidad y en la dirección que decidiera, aún que fuera una decisión arbitraria, como fue durante toda la dictadura golpista del PRI en la presidencia, al menos hasta 1982, cuando con Miguel de la Madrid inició una política de “descentralización” de las competencias del Estado.

Desde entonces, y reforzado (reloaded, dirían los paisanos) ahora por las administraciones neófitas y fraudulentas, el estado se ha convertido, de manera casi imperceptible, en un mandadero cualquiera del poder económico, volviéndose de esta forma, y con el consejo de “expertos” economistas, en administrador del miedo. Como bien escribió Eduardo Galeano, este modelo nos ha llevado a ver al prójimo como una amenaza en lugar de una promesa. “Es el tiempo del miedo… Miedo a la multitud, miedo a la soledad, miedo a lo que fue y a lo que puede ser, miedo de morir, miedo de vivir.”
[1]

Y administrar el miedo no es una proeza cuando se tienen los sabios consejos de los manuales de electroshock de la década de los 40’s o a sus herederos, los manuales de interrogatorio y tortura que desarrolló la CIA
[2] para después esparcirlos por todas las policías e instituciones de seguridad de América Latina y del mundo. Así pues, luego de recorrer cronológica y geográficamente el mundo, llegamos hasta nuestros días a las 150 violaciones y atentados a los Derechos Humanos por parte del ejército en Ciudad Juárez sólo en 2008.

Además de las consecuencias sociales que provoca el miedo individual, el poder económico también utiliza provechosamente los traumas cuando son colectivos, de esta manera la población queda en estado de propensión para seguir a líderes que afirmen “protegerlos”.

Uno de los economistas más famosos, Milton Friedman (premio Nobel de Economía 1976), defensor radical del libre mercado, aconseja que las políticas públicas impopulares relacionadas con la descentralización del estado y el libre mercado se impulsen inmediatamente después de los desastres naturales, que es cuando la población pierde su equilibrio; él llama a este método “tratamiento de choque” económico, lo que después la investigadora y escritora Naomi Klein llamaría “La doctrina del Shock”.

En cuanto al tema en boca, la influenza A, es innegable la existencia del virus. Su propagación no ha menguado a pesar del tapabocas y de la información, inclusive la amarillista que es casi toda, brindados. Pero, como dijera monseñor Romero en Guatemala, “la injusticia es como las serpientes, solo muerde a los descalzos”, en Egipto los criadores de cerdos se están enfrentando con la policía que intenta sacrificar a sus animales, no es casuístico que sean pobres los afectados. En México el virus ha llegado a 22 muertes con 590 casos confirmados, al parecer ninguno es Carlos Slim ni ninguno de los secretarios del gobierno federal o de los gobiernos estatales y mucho menos alguno de los secretarios del SNTE. Sin embargo las declaraciones de Miguel Ángel Lezana (Director General de Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades de la Secretaría de Salud) al diario español El País, afirman que la alarma mundial fue “creada” para reducir el número de contagios, ¿reducir será el verbo correcto? Es innegable la importancia del 5 de Julio próximo, ¿será que estas intenciones permean todo, incluyendo la prudencia y honestidad del gobierno federal? ¿Serán patadas de ahogado por acreditarse aunque sea con el pánico colectivo? Nada es casuístico en un estado fallido.



[1] Eduardo Galeano, “Patas Arriba: La escuela del mundo al revés”. Pág. 83
[2] “La doctrina del Shock”, Naomi Klein

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