miércoles, 30 de abril de 2008

~ El aborto desde la pantalla grande ~

Aurora Andere


Del director rumano Cristian Mungiu, se exhibe en los cines de México la película: 4 meses, 3 semanas y 2 días.

La película garantiza 113 minutos de suspenso realista. Una historia intimista sobre dos universitarias que comparten habitación en una residencia de estudiantes en la Rumania de 1987, en una situación por la que atraviesan muchas mujeres actualmente: un embarazo no deseado, agregando a esto la prohibición y penalización del aborto.

Mungiu, nació y creció en un periodo de prohibición del aborto*. Influenciado por cineastas como Milos Forman y Robert Altman. Este último, destacado por retratar fielmente en sus films la relación cotidiana entre clases antagónicas, resaltando la división de la sociedad en dos clases sociales.

Haciendo uso de planos secuencia largos y con giros de cámara desde 180, 270, y hasta 360 grados para realizar escenas prolongadas, la película consigue plasmar una historia con la naturalidad y dramatismo que hacen de esta obra, una historia actual.

En el desarrollo de la película, se hace presente la solidaridad femenina entre los dos personajes principales: Otilia y Gabita. Quienes se ven obligadas a sobrellevar la coerción machista de un practicante de abortos clandestino, que entre otros abusos, no les garantiza condiciones salubres mínimas.

Esta película nos recuerda que en este mes se cumple un año de la aprobación en la Asamblea Legislativa del DF de la despenalización del aborto si éste se practica en las primeras doce semanas de gestación. Como nos muestra en la película el personaje de Gabita, joven embarazada, la prohibición y penalización del aborto orilla a las mujeres a realizarlo de manera clandestina, implicando graves riesgos de salud y elevando con esto la Tasa de Mortalidad Materna (TMM). Esta práctica arroja entre 68,000 y 78,000 muertes maternas anuales, el 13% del total anual a nivel mundial, colocándose como una de las principales causas de muerte materna (según cifras de Human Rights Watch).

Tan sólo en Argentina el ex ministro de salud, Ginés González García, reconoció entre 600 y 700 las muertes anuales por esta causa. En Bolivia el estimado de TMM es de 420 por cada 100 mil nacidos vivos. En Brasil mueren 1400 mujeres en la interrupción de su embarazo. Mientras que en nuestro país, la despenalización del aborto solamente aplica para la Ciudad de México, donde desde abril del 2007 hasta febrero de 2008 han sido 5845 los abortos realizados en los 14 hospitales que brindan el servicio.

Por desgracia, en el resto de la república siguen en riesgo las miles de mujeres que lo practican, pues esta ley no aplica en todo el país. En total existen 54 países donde el aborto se practica sin restricciones y únicamente dos, ambos de América Latina (Chile y El Salvador), donde está totalmente prohibido.

La aprobación de esta ley en el resto de la república es tarea de todos, pero principalmente de las mujeres, quienes debemos encabezar esta lucha por nuestra salud y soberanía reproductiva.*

*Después de 1989, se volvió a legalizar el aborto, prohibido por ley en ese país en 1966.

Todavía hoy el aborto se usa como método anticonceptivo en Rumanía, con más de 300.000 casos declarados anualmente.

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